Parque regional Sierra de Gredos
Modelado por la erosión en pretéritas épocas glaciares, la Sierra de Gredos, en el sur de Castilla y León, se presenta como una espectacular sucesión de lagunas, circos, gargantas, cuchillares, riscos, galayos y depósitos morrénicos. Es el feudo de la cabra montés. La Cordillera Central se presenta como una alargada cadena montañosa que se levanta en el centro de la Península Ibérica y que sirve de separación a las cuencas y mesetas de los ríos Duero y Tajo. En su sector intermedio, en concreto en el extremo meridional de la provincia de Ávila y como un pesado e impenetrable murallón Granítico, se alza la Sierra de Gredos. En su accidentado y vertical relieve de picos agudos, brechas y salientes empinados destacan el circo y la laguna Grande de Gredos. Ambos son de origen glaciar y aparecen presididos por el pico Almanzor, coloso pétreo que, con sus 2.592 metros, es la máxima altura de todo el Sistema Central.
Si el relieve convierte a Gredos en una bella y espectacular montaña, desde el punto de vista biológico su hábitat nos ofrece uno de los espacios más interesantes de toda Europa occidental.
Debido a su situación geográfica, a los fuertes desniveles y a la distinta orientación de sus laderas, la Sierra de Gredos puede considerarse como un auténtico paraíso para la flora. Las diversas especies vegetales aparecen distribuidas en pisos superpuestos que alcanzan su culminación en el piso alpino, el más interesante de todos ya que en el mismo se han localizado un gran número de endemismos botánicos. También dentro de la fauna, la Sierra de Gredos destaca por sus endemismos: dos mamíferos y un anfibio, la cabra montés, la salamandra del Almanzor y el topillo nival abulense.
Junto a estos valores ambientales, la zona de Gredos atesora un interesante compendio de lugares en los que la historia, el arte y la tradición han dejado una huella indeleble. Entre todos ellos destacan la calzada romana del Puerto del Pico y los pueblos de Candeleda y El Barco de Ávila. En este último, además, se pueden degustar sus famosos y exquisitos judiones.
El Circo de Gredos
La más clásica de las marchas que se pueden llevar a cabo dentro de los límites del Parque Regional de Gredos es la que desde la plataforma situada al final de la pista que nace en Hoyos del Espino permite alcanzar el renombrado Circo de Gredos. Tras tomar una amplia senda empedrada con grandes losas de granito, que asciende en dirección al Prado de las Pozas, y después de dejar atrás el refugio de Reguero Llano, hay que cruzar por un puente de cemento el río de las Pozas, que se precipita en varias cascadas por un antiguo valle glaciar.
La altitud, superior a los 2.000 metros, y el predominio de suelos rocosos han reducido la vegetación circundante a un denso y achaparrado piornal. Entre estos arbustos crecen el cambrión y el enebro rastrero.
Tras una pronunciada subida se alcanza el alto de Los Barrerones, lugar desde el que se divisan el circo y la laguna de Gredos. Para alcanzarlos hay que superar un par de repechos rocosos.
En la zona más alta del circo la única cubierta verde de la zona está compuesta por líquenes silicícolas. También es en estas crestas de fantásticas y caprichosas formas donde habita la especie reina de la fauna de Gredos: la cabra montés.
El sendero desciende y, en pocos minutos, conduce al pie mismo de la gran laguna glaciar. En sus aguas frías y transparentes se reflejan las altas cumbres que, junto al pico Almanzor, enmarcan el circo de Gredos: Risco de la Ventana, Los Tres Hermanitos, Cuchillar de las Navajas y El Sagrao. Una vez admirado este privilegiado rincón alpino hay que regresar por el mismo camino.
Vegetación
Están aquí representados 4 de los 5 pisos bioclimáticos de la Región fitosociológica mediterránea. En la cara Norte el matorral es predominante, ya sea el piornal (Cytisus oromediterraneus) en las cumbres, o la mezcla de leguminosas, a veces con labiadas, brezos o jaras. La escasa vegetación arbórea está constituida principalmente por los pinares de Pinus sylvestris de Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino, así como las manchas diseminadas de rebollo en el valle del Tormes; la encina se presenta predominante en estrato arbustivo y carrascales, con algunas formaciones adehesadas muy escasas.
En la cara Sur, por el contrario, abundan los pinares de Pinus pinaster, alternándose con cultivos en terrazas y bancales con cerezos, castaños, higueras y olivos, entre otros árboles. El jaral (Cistus ladanifer) y el brezal (Erica sp.) ocupan grandes extensiones y, a veces, íntimamente entremezclados; hacia el Oeste, las formaciones claras de rebollo y enebro sobre pedregales erosionados y laderas pronunciadas hablan de la degradación a que se han visto sometidas las masas de bosque marcescente. En las márgenes de todos los cursos de agua se instalan especies ripícolas de un modo testimonial, la especie más común es el sauce, junto a alisos, chopos, álamo negro..., en la parte alta de las gargantas aparecen ejemplares aislados de abedul, reseñar la presencia de pequeños grupos o ejemplares aislados de "loros" (Prunus lusitanica) que se encuentra en la parte baja de las gargantas de esta cara meridional. Pero el principal valor ecológico de esta Sierra reside en la vegetación rupícola, adaptada a vivir aprovechando los menores resquicios de la roca y soportando las durísimas condiciones ambientales, se han diferenciado especies endémicas de estas áreas como la manzanilla de Gredos (Santolina oblongifolia), la Siderítide de Gredos (Sideritis lurida subsp. borgiae), la estátice de Rivas Martínez (Armeria rivas-martinezii) o el gualdoncillo (Reseda gredensis) entre otras.
Fauna
La elevada altitud de esta Sierra, unida a la mayor continentalidad del clima en los pisos superiores, ha favorecido los fenómenos de aislamiento poblacional y la presencia de especies montañas de tipos fríos cuyos antecedentes espaciales más próximos se encuentran en sistemas montañosos del norte peninsular, sin olvidar la disimetría tan acusada existente entre las vertientes de la Sierra y la existencia de un gradiente térmico y climático Norte-Sur..., todos estos factores propician la presencia de comunidades faunísticas con un elevado número de taxones endémicos, singulares o de procedencia biogeográfica diversa. Fiel reflejo de ello son las más de 230 especies de vertebrados catalogados, entre las que se encuentran numerosos endemismos peninsulares a nivel específico y cuatro endemismos subespecíficos locales.
El área de distribución de los endemismos locales se sitúa en la zona de cumbres, pertenecen a dos clases de vertebrados: la clase Amphibia, representada por la salamandra del Almanzor y la clase Mammalia, con el topillo nival abulense y la cabra montés. Junto a ellos no se pueden olvidar otras especies como el barbo ibérico, barbo comiza, pardilla, en lo referente a peces. En cuanto a los anfibios y reptiles destacar la presencia de especies como rana de San Antonio, sapo partero, víbora hocicuda, lagarto verdinegro, galápago europeo... Entre la abundante avifauna de Gredos hay que destacar dos especies consideradas en peligro de extinción: el águila imperial y la cigüeña negra, otras seis están consideradas vulnerables: garza imperial, cigüeña común, alimoche, aguilucho cenizo, tórtola y buitre negro, pero la lista continúa: águila calzada, águila culebrera, azor, gavilán, buitre leonado, águila real, pechiazul, acentor alpino, roquero rojo, colirrojo tizón... Los mamíferos son también numerosos: desmán de los Pirineos, musaraña española, musaraña enana, ratilla de Cabrera, nutria, gato montés... dan idea de la riqueza faunística de este Espacio.
Geología y Geomorfología
El relieve de la Sierra de Gredos actual se originó en la Orogenia Alpina, hace unos 15 - 30 millones de años, en ese momento se produce el levantamiento del Sistema Central, fracturándose en bloques y configurando una cordillera en bloques fallados y desnivelados. Ya en el Cuaternario la sierra sufrió la erosión por aguas torrenciales, más significativa en la vertiente sur, y de la acción glaciar, principalmente en la vertiente norte. Este modelado glaciar deja entre sus huellas 41 glaciares de montaña, con sus tres subtipos más característicos: de valle (Glaciar de la Nava, Glaciar de Bohoyo, Glaciar de Gredos...), de circo (Glaciar de la Cruz, Glaciar de Gamellones...) y de ladera (Glaciar de las Chorreras, Glaciar del Canchito...). La Sierra de Gredos constituye hoy en día uno de los conjuntos glaciares mejor conservados del sur de Europa, pudiendo observar lagunas glaciares, circos, gargantas, depósitos morrénicos, etc. Finalmente, los procesos periglaciares y en especial la gelifracción ha originado galayares y cuchillares únicos por su belleza.
Valores que justifican su declaración
La Sierra de Gredos es interesante desde el punto de vista faunístico, florístico, geológico y geomorfológico.