La Casa de la Madera es sin duda una de las construcciones más emblemáticas de la comarca de pinares, que se encuentra a caballo entre las provincias de Burgos y Soria. Constituye uno de los más bellos ejemplos de arquitectura moderna y sostenible, que toma como base para su construcción los materiales del entorno: la madera de pino silvestre, con su propia marca de garantía (Madera de Pino Soria-Burgos), y la piedra arenisca, que son las materias primas alrededor de las cuales ha girado tradicionalmente la economía de la comarca. Estos dos elementos provocan que la obra esté completamente integrada en el entorno, destacando sobre todo los troncos de pino del frontal del edificio, que recuerdan las ‘cambras’ o pilas de troncos que se pueden encontrar en los parques de fábrica de las serrerías de la zona. La estructura de la cubierta del Hall, realizada en madera bulonada y sujeta a presión, sostiene una impresionante superficie volada de 8 metros de largo, que se sitúa sobre la entrada principal. Una pasarela de madera de algo más de 40 metros de largo, que remata en un mirador situado justo encima de una torre acristalada de 21 metros de altura, completa la bella estampa que puede contemplar el visitante desde el exterior.

Los amplios espacios interiores permiten que la Casa funcione como un edificio multidisciplinar, conteniendo una zona expositiva formada por cuatro salas y tres miradores acristalados, y un ala formativa, destinada a la realización de charlas, cursos, reuniones y actividades culturales y de ocio, formada por una sala de talleres y un auditorio con capacidad para 100 personas.

La exposición permanente del Centro, dedicada al conocimiento de la madera, tanto desde el punto de vista de su uso como material innovador y sostenible para la construcción, como del proceso de formación de la misma por parte de los árboles, ocupa dos de las salas y los dos primeros miradores y contiene, además, una parte dedicada a la gestión sostenible de los montes y una pequeña xyloteca. El resto de salas están dedicadas a exposiciones temporales de diversa temática.

En el interior llaman particularmente la atención las paredes, formadas por rodajas de madera, llamadas ‘rodinos’ y el ascensor que sube desde el Hall de recepción hasta el mirador por el interior de la torre acristalada. Desde el mirador, el visitante podrá admirar la belleza del Comunero de Revenga desde las alturas y una extraordinaria vista del valle del río Arlanza y los picos de Neila y Urbión. Desde allí se puede regresar a la zona de recepción por el ascensor, o dando un agradable paseo a la altura de las copas de los árboles, utilizando la pasarela de madera que nos devuelve a la entrada mediante un camino de tierra que rodea el edificio.

Aquel que llega a la Casa de la Madera no puede irse sin completar su visita con el resto de atractivos que ofrece el Comunero de Revenga. Los yacimientos arqueológicos de la Cerca y la necrópolis altomedieval de Revenga, testigos mudos de antiguos asentamientos humanos en el área, se encuentran a pocos cientos de metros del Centro. La ermita de Nuestra Señora de Revenga, situada a 200 metros frente a la entrada de la Casa, alberga una talla en madera del escultor local Humberto Abad, en la que tres pares de manos que simbolizan los tres pueblos que comparten la propiedad del monte (Quintanar, Canicosa y Regumiel de la Sierra), sostienen la imagen de la Virgen de Revenga. El Comunero ofrece también rutas de pequeño recorrido, áreas recreativas, un parque infantil y la antigua casona Comunal, antaño usada como Casa de Postas, y que hoy en día funciona como albergue-restaurante.