Casa del Parque "Palacio de Quiñones" Parque natural Babia y Luna (León)

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Casa del Parque de Babia y Luna
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La Casa del Parque de Babia y Luna se ubica en el que fuera el edificio residencial del Palacio de Quiñones, un magnífico edificio de interés cultural del S XVI. La exposición lleva por nombre "Los Secretos de Babia y Luna", a través de los cuales se pretende mostrar los valores de cada zona del Parque de una forma amena, sencilla y sugerente.

CÓMO LLEGAR

Esta Casa se encuentra situada en el Palacio de Quiñones en la localidad de Riolago de Babia, al noroeste de la provincia de León.

  • Desde la A-66 tomar la salida 93 dirección Villablino. Por la CL-626 seguir hasta la localidad de Huergas de Babia donde girando a la izquierda llegaremos a Riolago. Existe un acceso anterior, frente al desvío de Cospedal, pero no se recomienda por ser una vía muy estrecha y poco acondicionada para el paso habitual de vehículos.
  • Desde Villablino tomar la CL-626 dirección León hasta la localidad de Huergas de Babia, donde girando a la derecha llegaremos a Riolago.
     

La Casa del Parque de Babia y Luna se ubica en el que fuera el edificio residencial del Palacio de Quiñones, un magnífico edificio de interés cultural del S XVI. La Casa del Parque se aloja en el antiguo Palacio de los Quiñones, adquirido por la Junta de Castilla y León en 1999.

Este conjunto palaciego se compone de un edificio principal rematado en su lado norte por un torreón de tres plantas. Además incluye un patio ajardinado cerrado por una muralla a la que se adosan una pequeña edificación, la capilla, y unos almacenes de reciente rehabilitación.

La edificación principal, el palacio propiamente dicho, es de planta rectangular, consta de dos alturas con línea de imposta de separación, que continua también en el torreón. Actualmente, después de varias reformas, la distribución de carácter residencial se ha modificado dejando las plantas diáfanas para acoger la dotación expositiva. La fachada de ingreso ubicada al sur cuenta con dos balcones en la planta alta y escudo de los Quiñones en el centro. La obra original es de finales del siglo XVI y principios del XVII, habiendo sido restaurada en su integridad en los años 70 por un vecino de la localidad, tras sufrir un incendio que destruyó por completo su estructura interior.

La plaza y su entorno fueron declarados Conjunto Histórico por decreto 201/1995 de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León.

La dotación es original, creativa y didáctica y concebida como una solución perfectamente integrada en el diseño de la arquitectura del edificio: respeta su cuerpo interior, así como la amplitud de espacios con el objeto de conseguir una sincronía estética y armonizar la dotación con el continente.

La recepción

Ofrece al visitante una noción esquemática del Parque Natural, destacando su interés además como ZEPA, ZEC y las dos Reservas de la Biosfera (la de Babia y la de Omaña-Luna).

En este espacio se produce un primer guiño sobre lo que se verá posteriormente en la exposición, un módulo llamado “Los secretos de Babia y Luna” que acoge una reproducción de un glaciar, elemento que generó el actual perfilado de las comarcas en que se asiente la Casa del Parque.

La exposición

En la planta de exposición se inicia el hilo con el modelado del paisaje fruto del glaciarismo, la transformación de los perfiles por los grandes bloques de hielo.

“La alta montaña y la peña” y “Gigantes que modelan el paisaje”

En la primera parte de la exposición aproximamos al visitante a los restos visibles del glaciarismo pretérito que dio formas al paisaje que se contempla desde las ventanas de la Casa del Parque.

“Lo que las rocas nos cuentan” y “Un horizonte distinto”

El recorrido continúa con los recuerdos de la memoria histórica natural y de las primeras transformaciones del paisaje por parte de los humanos. En esta parte de la exposición es muy importante la abstracción del visitante, pues no estamos hablando de escenarios actuales sino de un paisaje que hay que imaginar, apoyándonos en la fuerza visual que tienen los fósiles (el trilobites o el subfósil de madera de pino silvestre encontrado precisamente en Riolago). Este recuerdo se fortalece gracias a las fotografías artísticas de Silvia Grav, que se exponen en la sala anexa a este bloque.

“La mesta y las merinas”

La trashumancia, con todo su peso emocional, nos acerca al resultado del aprovechamiento humano de estos parajes y el legado natural y cultural que hoy podemos paladear: las razas ganaderas ovinas, los perros mastines y carea leoneses, todo el entramado pastoril. No es casual que este bloque esté compartido con el dedicado a una figura estrechamente vinculada a estas montañas, la del lobo ibérico (“Cuéntame una de lobos”).

“Prisioneros de las montañas”

La parte intermedia de la interpretación de la exposición está centrada en la vibrante vida salvaje: las formas de vida en la alta montaña, las migraciones de las aves (“Prisioneros de la montaña”, “Aves y ganado, una misma estrategia, un viaje común”), las formaciones boscosas y arbustivas de la media montaña (“Las laderas y la media montaña”) y las especies emblemáticas de la fauna dedicando un apartado especial al oso (“Osos en Babia y Luna”). En este apartado nuestra propuesta es poner en valor el fabuloso poder adaptativo de la fauna a estos entornos agrestes, el carácter viajero de muchas especies como estrategia -copiada por los humanos con el pastoreo- para asegurar la supervivencia y la reproducción, la importancia de las formaciones vegetales autóctonas, incluyendo las formaciones de matorral, y el interés que tiene el regreso de especies como el oso pardo. Volvemos nuevamente a reforzar el concepto de paisaje fruto del intercambio, del viaje constante de rebaños, de semillas, de aves -y también de culturas- y de cómo el paisaje se transforma constantemente.

 

“Creadores de paisajes”

No sólo los humanos transformamos, también muchos animales contribuyen a ‘crear’ paisaje. En los módulos, “Genes a domicilio”e “Inconscientes jardineros”, se enfatiza el papel de los polinizadores y recrear al visitante con los habitantes más próximos, aunque muchas veces invisibles, de sus indicios y de cómo ellos también, como los humanos, modelan el paisaje.

Los bloques dedicados a los prados, sotos y riberas (“El tranquilo fondo de los valles” y “Con todo ganado”) sirven para exponer al visitante ese paisaje más cercano por el que discurre buena parte de la vida de las personas, donde apacentan sus ganados.

“El patsuezu”

Los paneles dedicados a la cultura (el patsuezu, la toponimia “Disfraces en los nombres”) suponen un reconocimiento a esta lengua y una puesta en escena de todo su valor cultural.

“El paisaje humanizado”

La etapa final del recorrido por la exposición está dedicada a hacer de nuevo un recuerdo a ese viaje de cambios que hemos transmitido al visitante (“Un paisaje cambiante”), a los usos y aprovechamientos de los cursos de agua (“Remansos en el río”y “Las truchas del Luna”).

En este punto repasamos todo el recorrido que hemos efectuado, desde los picos más altos y un momento que sucedió muy lejanamente, hasta la cocina de una casa de la comarca en la que siguen apareciendo elementos de toda la naturaleza que nos ha venido acompañando.

Los textos de Pablo Andrés Escapa

Impresos sobre distintos soportes, los textos de Pablo Andrés Escapa, realizados en exclusiva para la exposición de la Casa del Parque, acompañan al visitante desde su entrada hasta su despedida, regalando sosiego y reflexión.

El audiovisual

Se proyecta en la planta baja y sirve como despedida de la visita. Su brevedad no deja de lado ningún aspecto tratado en el transcurso de la exposición: el paisaje, la naturaleza, la lengua, el contacto humano…En un formato original de animación, efectos y música, es una última sacudida de emoción.

El Jardín y “Voces de Babia y Luna”

La antigua capilla del palacio, con los “Sonidos de Babia y Luna”, contiene tablillas representativas de los principales elementos naturales del Parque Natural, con sus sonidos característicos. El jardín, en el que descansa el mastín de bronce que es símbolo del Parque Natural, acoge dos monumentales pinsapos, un cedro péndula y otros árboles de interés (tejo, Quercus sp., Sophora japónica, tilos, nogales y acebos).

La cantina, el rincón de la memoria

La Casa del Parque cuenta con un bar, "La Cantina". Un espacio de ocio en el que, además del propio servicio de bar, se ofrece al visitante un viaje a través de la memoria evocando los antiguos bares-tienda y las cocinas ruales de principios del siglo XX, donde los visitantes puedan sentirse a gusto, degustar productos locales y conocer la cultura tradicional de Babia y Luna. 

En ella se puede observar también un importante contenido etnográfico, a través de fotografías, paneles e instrumentos ligados a la vida en el entorno rural de las comarcas de Babia y Luna.

 

Exteriores

La Casa del Parque cuenta con un aparcamiento de 38 plazas para turismos y dos plazas para autobuses.

FOTOGRAFÍAS

Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)
Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)
Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)
Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)
Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)
Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)
Casa del Parque de Babia - Riolago de Babia (León)