Los bosques de ribera como las alisedas, fresnedas y bosques de galería de Salix sp. han sufrido un importante retroceso especialmente en zonas antropizadas o que han sido artificializadas sin tener en cuenta sus efectos en el medio.
Por otro lado, la regulación artificial de los cauces para la producción de energía eléctrica, ocasiona de forma habitual descalces en la vegetación. De igual forma, las detracciones de agua que merman los caudales alteran la estructura de estos hábitats, ya que afectan al normal crecimiento de las especies vegetales. Se produce su debilitamiento y consecuentemente son más propensas a las enfermedades y a la entrada de especies alóctonas.
Por otra parte, la destrucción de las riberas y de su vegetación natural puede afectar a los lugares de anidamiento y refugio de varias especies de especial interés desde el punto de vista de la conservación como el desmán ibérico, la nutria o el mirlo acuático.
En el río Aravalle están presentes hábitats prioritarios de la Directiva Hábitats, por lo que deberán promoverse tratamientos para su mejora estructural y específica. En concreto se propone la restauración ambiental completa del vaso de la presa que había en el Aravalle en la confluencia del Aravalle y la Solana. Se eliminó el muro de la presa a principios de 2014 por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero y sería conveniente aplicar técnicas de bioingeniería, revegetación completa y plantación de arbolado de ribera