Patrullas Oso. Introducción

Patrullas Oso. Introducción

El 30 de marzo de 1990 el oso pardo cantábrico fue protegido y declarado en peligro de extinción ante la delicada situación en la que se encontraban sus poblaciones. Esta declaración exigía la adopción de medidas urgentes que garantizaran la conservación de la especie, las cuales se materializaron, el 21 de junio de 1990 en la aprobación del plan de recuperación del oso pardo en Castilla y León.

Las cuatro comunidades de la cordillera Cantábrica (Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León) contabilizaron el año pasado (2017) un total de 41 osas (35 en la subpoblación occidental y 6 en la oriental) con 73 crías (64 en occidente y 9 en oriente), una vez finalizado el censo que los gobiernos de estas autonomías elaboran anualmente.

De las cifras globales, 27 osas y 50 crías se ubican en la zona occidental de Asturias y 8 osas y 14 crías en la de Castilla y León. En la zona oriental están censadas 6 osas y 9 crías. De estas últimas, 4 osas con esbardos se han observado en Palencia, una en León y otra en Cantabria.

El último censo refleja la existencia de una osa y 6 crías más que en 2016. Además, si se analiza la evolución de los registros en el periodo comprendido entre 2000 y 2017, se confirma la consolidación de la población de hembras y esbardos, con un ligero incremento de la subpoblación occidental y un escenario demográfico mucho más incipiente, pero estable, en la oriental.

La estimación global de la población osera es mucho más complicada, dado que se trata de una especie de amplio espectro de distribución, forestal y esquiva.  Para realizar el cálculo, se usan técnicas como el seguimiento directo, los estudios genéticos de restos localizados al azar o los sistemas de captura de pelo, así como el análisis de índices específicos en muestreos dirigidos.

Con los datos globales de 2017 y la media de los últimos 6 años, se estima que la población de oso pardo en la cordillera se sitúa en una horquilla de 230 a 270 animales. De ellos, entre 190 y 230 corresponderían a la subpoblación occidental y, al menos 40, a la oriental.

La metodología para analizar la tendencia demográfica de las poblaciones se centra en el seguimiento de las unidades familiares, las osas con crías del año, dado que su fácil detectabilidad, menor área de campeo y sus hábitos diurnos permiten obtener unos datos más precisos que se pueden comparar anualmente.

Métodos de seguimiento

En el marco del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León, las labores de seguimiento de las poblaciones de oso pardo cantábrico son realizadas a través de personal técnico, agentes medioambientales, celadores de medioambiente, patrullas oso de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, con  la colaboración del Servicio de  Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y de organizaciones colaboradoras, como la Fundación Oso Pardo.

En concreto las patrullas de vigilancia de oso pardo de la Fundación Patrimonio Natural, están compuestas por un conjunto de 8 personas distribuidas en la Montaña Palentina, la Montaña Oriental Leonesa y Alto Sil.

También colaboran asociaciones de cazadores, naturalistas, montañeros y habitantes de las zonas oseras, que cada día se sienten más vinculados a la conservación de los plantígrados.

Las metodologías utilizadas para el seguimiento de las poblaciones de oso pardo cantábrico se basan en observación directa (a través de telescopios para evitar interferir con los animales) se diferencian los grupos familiares (tamaño y manchas características de las hembras y de las crías, número de animales, defectos físicos, etc.). Los resultados obtenidos, una vez desechadas las repeticiones y las informaciones no confirmadas, ayudan a establecer el número mínimo de osas con crías, así como su evolución. Las cuatro comunidades de la cordillera coordinan anualmente sus acciones para ofrecer resultados de este conjunto poblacional en el territorio.

En las labores de campo, además de la observación directa, que incluye la toma de fotografías y videos cuando es posible, se realizan anualmente estudios sistemáticos basados en la realización de recorridos para la obtención de índices kilométricos de abundancia, con una longitud total de más 1.500 km en un área seleccionada de 468 km2, y de una red de más de 700 trampas pelo distribuidas a lo largo de toda la vertiente sur de la cordillera cantábrica, instaladas con un doble objetivo, de obtención de material genético no invasivo y detección de ejemplares.

Los censos se concluyen siempre al año siguiente, después de la época de celo, cuando las madres expulsan a los esbardos del grupo familiar y entran nuevamente en relación con los machos.

La positiva situación actual plantea nuevos retos de conservación de la especie que tienen que ser abordados adecuadamente. En esta línea, desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente se han desarrollado fórmulas de prevención e indemnización de daños a la apicultura y a la ganadería. En este sentido, desde la Junta se subvenciona el 80% del coste de la adquisición e instalación de pastores eléctricos destinados a proteger los asentamientos colmeneros en la Comunidad de los daños y perjuicios ocasionados por el oso pardo. Dentro de la línea de ayudas, durante el año 2017 el número total de beneficiarios fue de 101, con un importe total de subvención de 42.936,77 €.

Además de la línea de prevención, a través del sistema de pagos compensatorios de daños producidos por el oso pardo, el año pasado los pagos realizados por la Junta de Castilla y León ascendieron a 219.422,54 €, en 360 expedientes de daños causados por el oso a explotaciones apícolas fundamentalmente.

Plan de Recuperación del Oso Pardo

El oso pardo cantábrico, especie emblemática y representativa de la naturaleza de las montañas cantábricas, está protegido por la legislación española desde el año 1973, incluido como especie en peligro de extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. También está protegido por la legislación europea, que lo incluye en la Directiva Hábitats como una especie prioritaria cuya conservación supone una especial responsabilidad.

En el ámbito de la Comunidad de Castilla y León la especie cuenta con plan de recuperación desde el año 1990. Trascurridos casi 30 años desde la aprobación del plan de recuperación parece claro que la tendencia regresiva no sólo se ha detenido sino que empieza a dar buenos resultados, como son la ocupación casi total de la cordillera cantábrica por ejemplares de oso pardo, el intercambio genético entre población oriental y occidental y un aumento muy notable en la fracción reproductora de osas con crías cada año.

El Plan de Recuperación del Oso Pardo en Castilla y León está cumpliendo con la finalidad de incrementar el número de ejemplares, evitar el aislamiento de núcleos de población y favorecer la recolonización de nuevos territorios. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente prepara, en coordinación con las otras comunidades autónomas y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, un protocolo que recoge las pautas de intervención en el caso de osos habituados a la presencia de personas o a la comida de origen humano. También se trabaja en la regulación de una nueva actividad derivada de la imagen atractiva del oso y del aumento poblacional: el turismo de avistamiento de osos. Con una demanda creciente, el turismo de observación tiene indudables efectos positivos para la economía de los territorios oseros, pero tiene que ser específicamente regulado para evitar que se convierta en un problema de conservación.

 

Ejemplar de Oso Pardo

Detrás de esta evolución positiva de la última década existen muchos factores. Uno de ellos es el trabajo desarrollado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, mediante sus medios y personal propios y también a través de la colaboración con la Fundación Oso Pardo (FOP) en acciones de conservación, vigilancia, lucha contra el furtivismo, control de la población osera, etc. Esta colaboración se viene produciendo desde 1995, cuando se estableció un marco general y un convenio específico de colaboración entre ambas instituciones en la materia. La colaboración entre ambas instituciones se ha materializado de diversas formas, siendo la fundamental la dotación y mantenimiento por parte de la Junta de Castilla y León de tres patrullas de vigilantes de la FOP especializados en seguimiento del oso pardo y de su hábitat en las principales áreas oseras de la Comunidad: Alto Sil, Montaña Palentina y Montaña de Riaño.

A partir de enero de 2010, es la propia Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Fundación Patrimonio Natural, la que asume de forma directa esta labor de seguimiento y control de la población osera. Para ello, la Fundación Patrimonio Natural ha contratado los servicios de las tres patrullas, que anteriormente gestionaba la FOP, que vienen realizando una labor similar a la que venían llevando a cabo las patrullas de la Fundación Oso Pardo tradicionalmente. En todo caso la relación entre la Junta de Castilla y León y la FOP se mantendrá, de forma directa o a través de la Fundación Patrimonio Natural, colaborando en labores de educación ambiental, en la realización de trabajos técnicos relacionados con el oso y su hábitat, en asesoramiento científico, o en la coordinación en el censo de osas con cría en el ámbito cantábrico, entre otras acciones. Hay que destacar igualmente el apoyo de la Junta de Castilla y León a la FOP en un proyecto LIFE+, de financiación europea, consistente en el estudio del “corredor interpoblacional”, cuya duración es de 3 años.

CARACTERÍSTICAS DEL OSO EN ESPAÑA

  • Longitud: 1,6 – 2 metros
  • Altura a la cruz: 1 metro
  • Peso:
    • Macho 115-200 kg
    • Hembra 85 a 150 kg
  • Longevidad - 25-30 años
  • Visión – Poco desarrollada
  • Oido – Muy agudo
  • Olfato – Excelente
  • Color – Muy variable

Huellas Oso Pardo

 

Es una de las poblaciones más amenazadas del mundo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FOTOGRAFÍAS

Patrullas oso
Ejemplar de Oso Pardo
Oso con sus oseznos
Medición de Huellas