Partiendo de Montejo de la Vega de la Serrezuela, desde la plazuela del Puente Chico hacia la calle de la Cruz, pasamos a transitar por un camino ancho, de concentración parcelaria, que nos lleva hasta el cementerio de esta localidad. Más adelante, encontramos un aparcamiento donde se deberá dejar el vehículo.
En el borde derecho del camino, observamos un ejemplar de sabina albar (Juniperus thurifera), especie característica de este parque natural y denominada por la población de la zona “enebro”. Esta especie contrasta con la repoblación, poco adaptada, de pino Laricio (Pinus nigra), realizada durante los años 70 y que encontramos en las laderas situadas a nuestra derecha.
A partir de aquí, iremos viendo a ambos lados del camino, cultivos tanto de regadío como de secano, donde según la época del año apreciaremos los diferentes colores que nos ofrecen.
A lo largo de gran parte del recorrido, los linderos de las fincas son aprovechados para cultivar distintas variedades de árboles frutales.
Más adelante encontramos a la izquierda, un puente de nueva construcción que cruza el río Riaza, nosotros continuamos nuestra marcha dejándolo a la izquierda, cruzándolo en el camino de vuelta. Debemos prestar atención en el siguiente cruce, tomando el camino de la izquierda. De esta forma y siguiendo el recorrido del río, llegamos hasta Peña Portillo, uno de los cortados más singulares.
En este punto, podemos observar una de las aves más abundantes de este lugar, el buitre leonado (Gyps fulvus). Asimismo, nos sorprenden las tonalidades anaranjadas de los conglomerados calcáreos que forman este cortado.
Para regresar al punto de inicio, atravesamos el puente de madera que cruza el río Riaza y girando a nuestra izquierda llegaremos hasta el primer puente, cruzándolo accederemos a Montejo de la Vega por el mismo camino por el que iniciamos la senda.