Partimos del municipio de Valdevacas de Montejo, siguiendo las indicaciones de la señalización, nos dirigimos al camino desde el cual comienza esta senda, una pista de tierra que discurre entre diversos cultivos de secano.
Sin dejar el camino, llegamos al siguiente desvío, don-de continuamos por la derecha, dejando a la izquierda la fuente de La Pililla, que sus aguas son aprovechadas para el riego de las huertas de la localidad.
En este tramo, apreciamos un bosque de sabina albar (Juniperus thurifera), árbol característico de este parque natural. Después de subir una pequeña cuesta, a unos 200 metros, debemos continuar en línea recta hasta alcanzar la siguiente bifurcación.
En este lugar, podemos ver un tipo de construcción utilizado por los pastores de esta zona para guardar los rebaños de ovejas; son las tenadas, construidas con piedra caliza y teja roja. Dejando atrás estas construcciones, seguimos el camino, por el que poco a poco vamos descendiendo a la vez que contemplamos diferentes plantas de pequeño porte, típicas del páramo, como aulagas (Genista scorpius), espliegos (Lavandula latifolia), tomillos (Thymus ssp.) o gamones (Asphodelus albus), todas ellas especies mediterráneas, adaptadas al clima de la zona. Abandonamos el camino, para continuar la ruta por una senda más estrecha y adentrarnos en un pequeño reguero.
A partir de aquí debemos estar muy atentos a los hitos y tomar un desvío a la derecha que nos llevará hasta la intersección con la senda del río. Continuaremos a nuestra derecha, tal y como nos indica la señalización, ascendiendo por la ladera durante 1,5 kilómetros. Antes de comenzar el descenso, podemos observar una vista panorámica del cañón, además un panel interpretativo que nos muestra cómo se formó.
Tras nuestro descenso, podemos acercarnos a visitar las ruinas del convento de San Martín de Casuar, de las que únicamente se conserva la iglesia. Este Priorato benedictino fue adscrito al Monasterio de San Pedro de Arlanza, tras la donación por parte de Fernán González y su madre en el año 931. Hay que indicar también que estas ruinas fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1997.
Para finalizar nuestro recorrido, y volver al punto de inicio, tenemos que continuar durante 4,5 kilómetros por el camino perpendicular al río, en dirección a Valdevacas de Montejo. De esta forma, nos adentramos en un pequeño cañón de espectaculares vistas, que una vez recorrido podremos divisar el núcleo urbano de dicha localidad.