En Fuente Santiago, se toma la pista forestal, compartida con el PR-BU 45, que se dirige al mirador del Salto del Nervión, en un trazado fácil, llano y de buen firme que discurre a través del hayedo. Acercándose al límite del bosque, la ruta pasa al lado de la Lobera de Santiago, donde se conserva la estructura de una ancestral trampa para el lobo, formada por empalizadas y muros que confluían en un pozo. Un conjunto de grandes figuras recrea la escena de una batida con los mozos acosando al lobo.
Pasada la lobera, la pista abandona la protección del bosque y sale a un descampado que se ve interrumpido bruscamente por los vertiginosos acantilados de sierra Salvada. El camino conduce finalmente a un balcón colgado desde el que se sobrevuela el cañón de Délika con la misma perspectiva que tienen los buitres que pasan planeando frente al mirador. Numerosas surgencias brotan de las paredes que cierran el cañón dando nacimiento al río Nervión, aunque es en periodos de lluvias intensas, o después de fuertes tormentas, cuando este espectáculo alcanza su máximo esplendor, con saltos de agua que se precipitan al abismo con violencia y se deshilachaban en nubes de vapor por efecto del viento.
Desde el mirador del Salto del Nervión, la ruta prosigue por una senda estrecha que discurre siempre pegada a los acantilados y va descubriendo sucesivos rincones tan fotogénicos como vertiginosos. En este trayecto, se alcanza enseguida una segunda lobera, conocida como Foso Nuevo. Justo en este punto se encuentra también una intersección, donde el PRC-BU 41 (la senda circular del karst), que hasta este momento había discurrido superpuesta a nuestro itinerario, se desvía al oeste por el interior del bosque. Nuestro itinerario continúa, en cambio, por el borde del acantilado, aprovechando una estrecha franja despejada entre el cortado y el lindero del bosque. Esta vereda va ganando altura progresivamente hasta salir al mirador de Esquina Rubén, que ocupa un saliente desde el que se domina una amplia panorámica: al oeste, los cantiles de Sierra Salvada, con el monte y ermita del Charlazo, frente a nosotros el valle de Orduña y su salida natural por el valle de Ayala hacia la costa del Cantábrico, y al este los cortados que flanquean el cañón de Délica y los relieves del Gorbea.
En Esquina Rubén, la ruta gira bruscamente al sur por un camino forestal que conduce hacia el corazón de Monte Santiago a través de un precioso hayedo asentado sobre un sustrato profundamente karstificado, repleto de dolinas y lapiaces. Este tramo nos devuelve en progresivo descenso al lugar de partida en Fuente Santiago, paraje que concentra varios puntos de interés que podemos aprovechar para visitar a la vuelta de este itinerario. Todos ellos se sitúan en el entorno de la Casa del Parque de Monte Santiago. Este centro de interpretación y recepción de visitantes contiene una completa exposición sobre el espacio natural protegido. Se localiza en el mismo emplazamiento que antaño ocupó el monasterio medieval de Santiago de Langrériz, del que perduran restos de varias construcciones. Este cenobio no fue erigido en este lugar por casualidad, sino que se asentaba al lado de la surgencia de Fuente Santiago, que es el único punto de agua permanente de la zona. Esta surgencia se puede ver en el fondo de una dolina de colapso a los pies de la Casa del Parque, donde brota un arroyo subterráneo que sale a la superficie en un corto trecho de apenas 50 m de longitud antes de volver a perderse en las entrañas del karst por un sumidero. También en este rincón llama la atención un haya monumental, que alcanza los 21 m de altura y está recogida en el Catálogo de Especímenes Vegetales de Singular Relevancia de Castilla y León con el código AS-BU-19.
Con punto de inicio y final en el paraje de Fuente Santiago, en el corazón del Monumento Natural, esta ruta dibuja un amplio recorrido circular que conecta los miradores del Salto del Nervión y de Esquina Rubén, sin duda dos de los principales puntos de interés paisajístico de este espacio protegido.