El camino que conduce al Lago Somido es una agradable vereda salpicada de pequeños lagunajos, restos de los antiguos lavaderos de oro de la explotación romana. La Laguna Pinzais, la Laguna Larga y finalmente, el Lago Somido se suceden entre verdes prados y montones de cantos rodados (murias). Un poco más allá del Lago se llega al Mirador del Chao de Maseiros, la gran planicie formada por la acumulación de estériles finos procedentes del derrumbe de la montaña durante el proceso de extracción del oro. El relleno del valle dio origen, además, al conocido Lago de Carucedo.