La región de Castilla y León fue seleccionada por la Comisión Europea como una de las 12 regiones y ciudades piloto CCRI de la Unión Europea, para la aplicación de una nueva metodología de elaboración de planes de acción de economía circular basados en soluciones sistémicas por cadenas de valor.

El día 8, Jesús Díez, Director de Programas de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León participó en la sesión plenaria de la Conferencia, compartiendo el modelo de financiación del Plan de Acción de Economía Circular de Castilla y León, y en concreto del modelo de Solución Sistémica de Economía Circular para la cadena de valor alimentos-agua-nutrientes. El día 9 participó en el Grupo de trabajo de bioeconomía, coordinando el grupo temático de biofertilizantes y nutrientes.

En este contexto se analizaron el conocimiento y tecnologías necesarios para incrementar la resiliencia de las explotaciones agrarias a través de la mejora del suelo, el aprovechamiento de los distintos flujos de residuos orgánicos a lo largo de la cadena de valor alimentaria, con soluciones adaptadas a cada eslabón y territorio, los aprovechamientos en cascada de estos residuos, incluyendo la producción de biogás y biometano y finalmente la producción de fertilizantes orgánicos o con compuestos orgánicos.

Esta solución sistémica pretende aumentar el capital natural, básicamente el suelo, para reducir la dependencia de fertilizantes inorgánicos o minerales, reduciendo los costes de las explotaciones agrarias y mejorando las condiciones de vida en el medio rural, y ofrecer soluciones de economía circular, aprovechando los nutrientes existentes en los diferentes flujos de residuos como sustitutivos de materias primas críticas como el fósforo.

Además del aprovechamiento de los propios residuos de las explotaciones agrícolas o ganaderas, a través de la fertirrigación o el agrocompostaje, se contemplan otros flujos de residuos y soluciones como el compostaje de calidad de los biorresiduos domésticos o la obtención de estruvita de las depuradoras de aguas residuales.

También se explorarán sinergias con otras cadenas de valor, como la cadena de la biomasa, fundamentalmente el aprovechamiento energético de la biomasa forestal, en la que se generan como producto residual las cenizas de la combustión de redes de calor o plantas de producción energética.  Este material residual de origen biogénico puede aportarse también a la composición de los biofertilizantes, en un modelo de bioeconomía y economía circular.