Castilla y León aumenta notablemente su población reproductora de Águila Imperial en los últimos años
La Comunidad pasa de contabilizar 29 parejas de esta especie en 2005, a 101 en 2020. El fuerte aumento poblacional de los últimos años ha ido acompañado de un notable aumento del área de distribución, habiéndose registrado en 2020 por primera vez su presencia como reproductora en la provincia de Palencia; el número de parejas reproductoras crece un 152% en los últimos doce años.
El Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León establece como uno de sus objetivos el seguimiento anual de las poblaciones de águila imperial en toda su área de distribución en Castilla y León con el objetivo de evaluar la tendencia tanto del área de ocupación de la especie, como del tamaño de la población.
Fruto de este trabajo, realizado por agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y técnicos de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente, con el apoyo del personal técnico de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal y de la Fundación Patrimonio Natural, se ha realizado el censo de la especie del año 2020 y se contabilizaron 101 territoritos en Castilla y León en los que había presencia de esta especie; territorios distribuidos entre las provincias de Segovia (45 territorios), Ávila (33 territorios), Valladolid (15 territorios), Burgos (3 territorios), y en Zamora y Salamanca, con 2 territorios en cada provincia. Además, cobra especial importancia el primer registro de una pareja reproductora de águila imperial ibérica en la provincia de Palencia.
El análisis de los parámetros reproductivos revela valores muy positivos en los últimos años. Durante este censo se realizó el seguimiento completo de la reproducción en 99 parejas de águila imperial y se pudo comprobar que la tasa de puesta fue muy elevada, confirmando la puesta de huevos en el 94% de los territorios. La productividad se estimó en 1,5 pollos por pareja, con un éxito reproductor de 1,62 pollos por pareja con puesta. Además, las 85 parejas que han tenido pollos han sacado adelante un total de 151 pollos volados, por lo que la tasa de vuelo ha sido de 1,78 pollos por pareja.
Es importante destacar que el 45,5% de los 101 territorios de Castilla y León con presencia de parejas reproductoras de la especie se sitúan en alguna Zona de Especial Protección para las Aves, destacando la ZEPA Sierra de Guadarrama, en Segovia, con 10 territorios, y la ZEPA Valles del Voltoya y la Zorita, en Segovia, con 10 territorios.
Evolución de la población
Con los datos de este último censo de águila imperial de 2020 en la Comunidad, se puede comprobar que la tendencia de la especie en los últimos doce años ha sido claramente positiva: ha pasado de 40 territorios en 2009, a 101 territorios en 2020, lo que supone un aumento del 152,5%. Ávila ha aumentado significativamente su población, pasando de 21 parejas a 33 territorios y la población de Segovia ha aumentado desde las 19 parejas hasta las 45. Además, la especie ha colonizado como nidificante las provincias de Valladolid, Salamanca, Zamora, Burgos y Palencia.
Por su parte, la evolución de la población de águila imperial en Castilla y León a largo plazo es igualmente muy positiva. La especie sufrió una fuerte crisis que la llevó a mínimos históricos en los años 70 del siglo pasado. Más adelante, en la década de los noventa, se registraron en torno a la veintena de parejas, con alta mortalidad y baja productividad. Sin embargo, el efecto de las numerosas medidas de conservación que se pusieron en marcha en los años siguientes, propició una rápida recuperación, pasando por 29 parejas en 2005, 46 parejas en 2010, 74 en 2015 y hasta 101 en 2020.
El fuerte aumento poblacional en los últimos doce años ha ido acompañado de un notable aumento del área de distribución, pasando de contar con parejas reproductoras en 33 cuadrículas UTM 10x10 km en 2009, hasta las 75 cuadrículas en 2020, lo que supone un aumento del 127,3%.
A pesar del notable aumento del número de individuos de águila imperial en los últimos años y el aumento en el área de distribución, sus principales presiones y amenazas siguen afectando significativamente a la población. La causa de mortalidad más relevante es la electrocución en tendidos eléctricos, mientras han perdido importancia relativa otras causas más comunes en el pasado, como la intoxicación y la muerte por disparos.
El águila imperial
El águila imperial ibérica, Aquila adalberti, presenta un área de distribución mundial limitada al centro y oeste de la península Ibérica. Es una de las especies con mayor grado de amenaza del mundo, y con un área de distribución muy reducida, más aún después de su extinción en el norte de África.
Ocupa hábitats forestales mediterráneos y su presencia depende, en gran medida, de la abundancia de su presa básica. En general, evita zonas muy humanizadas para nidificar, aunque en los últimos años está colonizando áreas con un mayor grado de antropización. Los adultos reproductores son sedentarios, pero los individuos jóvenes, cuando se emancipan, se dispersan por distintas áreas de la Península y es habitual que algunos ejemplares crucen el estrecho de Gibraltar hacia Marruecos, llegando incluso hasta Senegal.
La aplicación de medidas efectivas de conservación, como la modificación de tendidos eléctricos peligrosos, el aporte de alimentación suplementaria a las parejas reproductoras, la vigilancia de nidos con especiales problemas de conservación, la protección de las áreas de reproducción y alimentación, la adecuada gestión de las labores forestales en el entorno de los nidos y la recuperación de las poblaciones de conejo, han supuesto un incremento de la población, y la colonización de nuevas áreas de cría. Además de las medidas de conservación, se viene realizando un seguimiento exhaustivo durante las temporadas de cría, que ha permitido conocer con precisión la evolución de la población.
El águila imperial ibérica está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de En Peligro de Extinción (Real Decreto 139/2011), y en el Anexo I de la Directiva Aves (Directiva 2009/147/CE). Está catalogada como “vulnerable” a nivel mundial en el documento The 2000 IUCN Red List of Threatened Species (expuesta a un alto riesgo de extinción en estado silvestre), y en el Convenio de Berna, relativo a la Conservación de la Vida Silvestre y el Medio Natural en Europa, se encuentra enclavada en el Anexo II referido a las especies estrictamente protegidas.