Suspendido sobre un imponente cortado de más de ciento cincuenta metros, el Mirador de La Galiana se abre como una ventana al alma del Parque Natural del Cañón del Río Lobos. Desde aquí, el paisaje se despliega en todo su esplendor: el río dibuja su curso entre las paredes calizas, los pinares cubren las laderas y los buitres leonados planean cerca, tan próximos que casi se pueden sentir sus alas rozando el aire.
El acceso es sencillo y agradable. Un sendero accesible, acompañado de pasarelas de madera, conduce a distintas plataformas que invitan a detenerse y mirar con calma. En cada rincón, una perspectiva distinta del cañón: el castillo medieval de Ucero dominando la vega, la ermita de San Bartolomé asomando entre la roca, o la silueta lejana del Sistema Central recortándose en el horizonte.
Aquí el tiempo se detiene. El sonido del viento entre las sabinas, la luz que cambia sobre la piedra y el vuelo circular de las aves componen una escena que no te dejará impasible. Un lugar para contemplar, respirar y comprender la fuerza del paisaje.
El Mirador de La Galiana no es solo un punto de observación: es una experiencia de conexión profunda con la naturaleza, una invitación a dejarse asombrar por la belleza serena y majestuosa del Cañón del Río Lobos.
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Ruta a la Ermita de San Bartolomé y la Cueva de San Bartolomé
Desde el fondo del cañón parte un sendero llano que conduce a uno de los lugares más emblemáticos del parque: la Ermita de San Bartolomé, joya del románico templario, enclavada bajo los imponentes cortados calizos. A pocos metros, la Cueva de San Bartolomé invita a adentrarse en la penumbra y descubrir la espiritualidad y el misterio que envuelven este rincón. El recorrido sigue el curso del río entre chopos y sabinas, mientras el vuelo de los buitres leonados acompaña al caminante.
Observación de aves en el Cañón del Río Lobos
El Mirador de La Galiana es un punto privilegiado para disfrutar de la observación de aves rapaces. Desde su pasarela o con los prismáticos instalados, es habitual ver buitres leonados, alimoches y águilas culebreras aprovechando las corrientes térmicas.
Para una experiencia más completa, se puede recorrer en coche la carretera entre Ucero y San Leonardo de Yagüe, deteniéndose en distintos puntos panorámicos que revelan la magnitud del cañón y su riqueza biológica. Es un plan ideal para familias y amantes de la fotografía de naturaleza.
Paseo hasta la Fuente del Pino y el nacimiento del río Ucero
Desde las inmediaciones del mirador, un sendero asciende suavemente hacia la Fuente del Pino, donde brota el río Ucero, que poco después se adentra en el Cañón del Río Lobos. El paseo transcurre entre pinares y sabinares centenarios, con vistas continuas del valle.
En primavera y otoño el camino se llena de color, y el murmullo del agua acompaña cada paso. Es una excursión perfecta para quienes buscan una experiencia más tranquila y contemplativa, disfrutando del silencio del bosque y el aire limpio de la sierra soriana.


