Finalizan los trabajos de campo del primer censo genético nacional de oso pardo cantábrico
Las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, en coordinación con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), han finalizado los trabajos de campo del primer censo genético de oso pardo cantábrico, que ahora continuará con los trabajos de individualización genética por la Universidad Autónoma de Barcelona y los estudios de conectividad y parentesco por el Instituto de Biología Evolutiva-CSIC, todo ello bajo el asesoramiento metodológico, tratamiento de datos y análisis de la estima poblacional por el Instituto de Recursos Cinegéticos IREC-CSIC.
En Castilla y León el trabajo de campo ha supuesto la implicación durante cuatro meses de más de 150 personas, entre ingenieros forestales, ingenieros de montes, biólogos, agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y patrullas oso de la Junta, con la colaboración de la Fundación Oso Pardo, que han recorrido más de 4.500 kilómetros de 26 comarcas forestales de las provincias de Zamora, León, Palencia y Burgos.
Durante la mañana del pasado día 27 de enero, se celebró por videoconferencia la reunión del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico, en el que se encuentran representadas las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, bajo la coordinación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Dicha reunión, a la que también han asistido profesionales de reconocido prestigio en la especie, ha servido para poner en común los trabajos desarrollados hasta la fecha por las comunidades autónomas en relación con el primer censo genético de oso pardo cantábrico.
Trabajos de campo en Castilla y León
En concreto, en Castilla y León el trabajo se ha desarrollado sobre las cuatro provincias que comparten el territorio del oso pardo, con 3 comarcas muestreadas en Zamora, 2 en Burgos, 16 en León y 5 en Palencia, y habiéndose obtenido, a priori, indicios de presencia de oso pardo en todas ellas, incluidas las provincias de Zamora y Burgos, lo que resulta de gran interés.
Respecto del número de cuadrículas muestreadas, de las 292 cuadrículas prospectadas, en 136 cuadrículas se han recogido indicios de presencia de oso pardo, con 69 cuadrículas con presencia en la subpoblación occidental y 67 cuadrículas en la subpoblación oriental.
Con todo ello, la superficie final muestreada ha sido de 730.000 hectáreas, con más de 4.500 kilómetros realizados a pie en su práctica totalidad, para un resultado final, en Castilla y León, de 914 muestras recogidas (620 excrementos y 294 muestras de pelo).
El trabajo de campo en Castilla y León, coordinado por personal técnico de las cuatro provincias afectadas y de la Dirección General del Patrimonio Natural y Política Forestal, ha sido ejecutado, entre el 15 de agosto y el 15 de diciembre de 2020, por los agentes medioambientales y celadores de medio ambiente de la Junta, así como por los miembros de las patrullas oso de la Fundación del Patrimonio Natural de la Comunidad. Igualmente se ha contado con la colaboración para los trabajos de campo del personal de la Fundación Oso Pardo.
Todas las muestras recogidas en Castilla y León ya se han remitido a la Universidad Autónoma de Barcelona, que procederá a la individualización genética mediante técnicas genómicas basadas en SNPs. Del mismo modo, la información cartográfica asociada a los trabajos de campo ha sido remitida al Instituto de Recursos Cinegéticos IREC-CSIC para el tratamiento de datos y el análisis de la estima poblacional.
En una segunda fase, y como una de las importantes novedades de la técnica utilizada, gracias a la individualización genética mediante SNPs, se avanzará por parte del IBE-CSIC en un estudio de conectividad y parentesco aprovechando los SNPs obtenidos para el análisis previo de la individualización genética.
De forma complementaria a la estima poblacional mediante técnicas genómicas, desde la Junta de Castilla y León se considera especialmente relevante conocer las relaciones de parentesco y conectividad, así como el nivel de endogamia de los distintos especímenes de la población cantábrica, máxime teniendo en cuenta el reciente intercambio de ejemplares entre las subpoblaciones oriental y occidental de la Cordillera Cantábrica.
Una primera fase de los trabajos de parentesco se desarrollará asociado a las muestras no invasivas recogidas durante el trabajo de campo del censo genético, pero tendrán continuidad en 2021 mediante un contrato recientemente adjudicado al Instituto de Biología Evolutiva IBE-CSIC que, a través de técnicas de secuenciación de última generación (Next-Generation Sequencing o NGS), permitirá profundizar en los análisis de heterocigosidad genómica (medida de diversidad genética de cada individuo), así como en la determinación de la endogamia individual (grado de relación entre progenitores) y de las relaciones de parentesco entre los especímenes, lo que ayudará a conocer el grado de conectividad entre distintas subpoblaciones.
Toda la mejora del conocimiento sobre el estado de conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica que se obtendrá a partir de la estima poblacional mediante técnicas genómicas y a través de los análisis de endogamia, conectividad y parentesco, permitirá actualizar el diagnóstico de la especie de cara a la elaboración del nuevo plan de recuperación del oso pardo cantábrico en Castilla y León, cuyo objetivo es finalizar el año 2021 con el nuevo documento técnico elaborado.